I. BREVE PRELUDIO DEL DÍA
Despertarse bien.
Comportarse bien.
Peinarse bien.
Mirarse bien.
Portarse bien.
Pasearse bien.
Encontrarse bien.
II. NANA
El día ha acabado, Pedrito va a acostarse.
Ha sido muy pero que muy bueno.
Su madre le besa.
Se mete en la cama contento consigo mismo y dice:
"El abuelito y la abuelita
¿sabrán que he sido tan bueno?"
"Sí" responde mamá.
"¿Quién se lo dirá?"
"Lo verán en el periódico"
Pedrito se duerme, lleno de orgullo.
III. MARCHA DE LA LARGA ESCALERA
Es una escalera larga, muy larga.
Tiene más de mil peldaños, todos de marfil.
Es preciosa.
Nadie se atreve a usarla por miedo a estropearla.
Ni siquiera el mismísimo rey la ha usado nunca.
Para salir de su cuarto,
salta por la ventana.
Por eso, dice con frecuencia:
"Me gusta tanto esta escalera
que la haré disecar."
¿No tiene razón el rey?
CAPÍTULOS QUE PUEDEN GIRARSE HACIA CUALQUIER LADO
I. LA QUE HABLA DEMASIADO
"Déjame hablar.
Escúchame."
Interior de buena gente.
Las bellezas de la existencia y de los grandes almacenes.
La mujer le dice a su marido:
"Me apetece un sombrero de caoba maciza.
La señora Fulana de Tal tiene un paraguas hecho de hueso.
Déjame hablar.
La señorita Mengana se va a casar con un hombre
que está seco como un cuco."
"Pues escúchame."
Él muere extenuado.
II. EL TRANSPORTADOR DE PEDRUSCOS
Los lleva a la espalda.
Su aspecto es socarrón y lleno de firmeza.
Su fuerza asombra a los niños. Lo vemos
entonces transportar una piedra enorme,
cien veces más grande que él
(es una piedra pómez)
Con un gran esfuerzo,
penosamente, a tirones,
arrastrando las piernas.
Siente que la piedra se le escapa:
se le va a caer.
Ya está: se le cae.
III. LAMENTO DE LOS PRISIONEROS (JONÁS Y LATUDE)
Están sentados a la sombra.
Reflexionan.
Varios siglos les separan.
Jonás dice: "Yo soy el Latude marinero."
Latude dice: "Yo soy el Jonás francés."
Esto huele a cerrado, según ellos.
Les parece ver al bueno y viejo sol.
Sólo piensan en salir.
LA INFANCIA DE KO-QUO
(RECOMENDACIONES MATERNAS)
I. NO TE BEBAS EL CHOCOLATE CON LOS DEDOS
Espera a que se enfríe un poco.
¿Ves? Ya te has quemado la lengua.
–No, mamá: me he tragado la cucharilla.
II. NO TE SOPLES EN LOS OÍDOS
Eres insoportable.
No me pises.
Contigo hay que tener una paciencia de caballo.
III. NO TE METAS LA CABEZA BAJO EL BRAZO
Si tomas el hábito de comportarte,
llegarás tal vez a ser mariscal.
Y a saber si una bala no se te llevará la cabeza.
¡Es lo que conviene a un chico!
Serás un inválido de cabeza de madera.
© Erik Satie
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