domingo, 20 de marzo de 2011

TRÍPOLI

bienvenidos a mi ciudad devastada

no se hagan ilusiones
aquí los hoteles son de arenas movedizas
las camas no tienen sobrenombres
ni amores perdidos entre las sábanas

porque aquí las sábanas son verdes
aquí nos rendimos en verde
soldamos los huesos rotos de nuestros hijos
muertos
con saliva y cardamomo

nuestro idioma es de difícil comprensión
para cualquier genéro indomable de terrícola
y además
contamos con la grata presencia de alá
en todas partes
hasta en la humedad de las toallas

nuestra cocina es inverosímil
por no decir exigua
y a lo que ustedes
estimados comensales
llaman menú
nosotros le decimos
maná

aquí el dinero es de un color oscuro
tremendamente oloroso
y tóxico
tanto
que ni lo tocamos

no se preocupen
siempre tendrán un taxi en la puerta
para llevarles de vuelta al aeropuerto
por si algo o alguien no les convence

lamentamos de antemano
cualquier mentira ultraje robo o asesinato
que puedan ustedes sufrir en otras carnes

garantizamos la seguridad
en la imposible medida de nuestras posibilidades

y por último
me gustaría recomendarles encarecidamente
el museo de historia
donde podrán deleitarse con una hermosa exposición
de grietas y cascotes
escombros en definitiva
de un presente desactivado

aquí está mi mujer
y aquí mis dos hijos
a su eterna indisposición

yo no les he dicho que ustedes venían
entiendan por favor
sus muestras de odio

será por poco tiempo
espero

© Javier Mérida

BUSCANDO A PERSÉFONE



Cayó en mis manos este interesante conjunto de ensayos acerca del uso de enteógenos en las antiguas tradiciones de la India, Grecia y Mesoamérica, su desarrollo y su influencia en los distintos pueblos que los utilizaron para sus cultos mistéricos.

La obra de Robert Gordon Wason constituye una de las experiencias centrales de la cultura antropológica del siglo XX. En 'La búsqueda de Perséfone', él y sus colaboradores continúan la apasionante y rigurosa aventura de poner al día los primigenios misterios eleusinos. Para Gordon Wasson el culto al hongo es la más antigua de las devociones humanas. Los mal llamados hongos alucinógenos -enteógenos, en rigor- están en el origen universal de todas las religiones. Viajero incansable y fulgurante humanista, Gordon Wasson hizo de la micología una rama esencial del saber contemporáneo, uniendo la botánica con la antropología, la mitología con la espiritualidad. De María Sabina a los sabios siberianos, del 'soma' de los arios a la presencia de Eleusis en la tradición clásica, pasando por la última cena de Buda, ésta, 'La búsqueda de Perséfone', constituye una conclusión actual y multidisciplinaria de una labor tan honda como maravillosa.
De Robert Gordon Wasson el FCE ha publicado 'El hongo maravilloso: teonanácatl. Micolatría en mesoamérica' y 'El camino a Eleusis. Una solución al enigma de los misterios', este último en colaboración con Albert Hofmann y Carl A. P. Ruck