domingo, 20 de marzo de 2011

TRÍPOLI

bienvenidos a mi ciudad devastada

no se hagan ilusiones
aquí los hoteles son de arenas movedizas
las camas no tienen sobrenombres
ni amores perdidos entre las sábanas

porque aquí las sábanas son verdes
aquí nos rendimos en verde
soldamos los huesos rotos de nuestros hijos
muertos
con saliva y cardamomo

nuestro idioma es de difícil comprensión
para cualquier genéro indomable de terrícola
y además
contamos con la grata presencia de alá
en todas partes
hasta en la humedad de las toallas

nuestra cocina es inverosímil
por no decir exigua
y a lo que ustedes
estimados comensales
llaman menú
nosotros le decimos
maná

aquí el dinero es de un color oscuro
tremendamente oloroso
y tóxico
tanto
que ni lo tocamos

no se preocupen
siempre tendrán un taxi en la puerta
para llevarles de vuelta al aeropuerto
por si algo o alguien no les convence

lamentamos de antemano
cualquier mentira ultraje robo o asesinato
que puedan ustedes sufrir en otras carnes

garantizamos la seguridad
en la imposible medida de nuestras posibilidades

y por último
me gustaría recomendarles encarecidamente
el museo de historia
donde podrán deleitarse con una hermosa exposición
de grietas y cascotes
escombros en definitiva
de un presente desactivado

aquí está mi mujer
y aquí mis dos hijos
a su eterna indisposición

yo no les he dicho que ustedes venían
entiendan por favor
sus muestras de odio

será por poco tiempo
espero

© Javier Mérida

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