revive en cada gota de mi sudor
el calor de la mañana
buscando sombra de higueras
junto a los cardos que azotan el camino
aquí
donde el berrido de las cigarras
es taranto
encuentro la sed antigua de mi nombre
picándome en los ojos
ahogando mis párpados en una siesta
con ruido de ratones por el tejado
nada es tan simple como un hule
habitado de moscas cansinas
que buscan su descanso
en los restos fríos de los platos
mientras tanto las gallinas
cacarean un aria del pasado verano
reconozco la melodía
con una rama de heno
entre mis labios tranquilos
© Javier Mérida
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