desde otro tiempo
amarillento y solo
sentado a horcajadas sobre mis venas
un agujero en el tiempo de mis raíces
un lugar ajeno a cualquier parte
un rostro un sobrenombre
una estaca de huracán deshilvanado
dividiendo este corazón desierto
sepultando mares y ciudadelas
me mira por toda la niñez hecha ya espuma
de nubes pasajeras que acarician mis párpados
y deja caer alguna de sus pestañas
agujas clavadas en la piel fría de las horas
hay un ojo de tiempo que me esquiva
la mirada cuando frente a frente lo descubro
me otorgo entonces el poder de detenerme
y no pasar por la comisura tibia hacia su encuentro
me diluyo en la parálisis más tenue
como niebla que hubiera de dejarme
para siempre en esta esquina
en plena consecuencia del invierno
hay un ojo de tiempo
que se cierra
implacable
y me libera
© Javier Mérida
1 comentario:
Impresionante, amigo...
Un abrazo.
D.
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