soldando a escarcha la luz de mi saludo
en la sonrisa dorada de una ninfa dormida
que amanezca y me muera
haciendo trapos de tu nombre
en los harapos de mis lágrimas
subirán desde el suelo las magnolias
que desearán ser en tus senos samarcanda
mercaderes de tetuán sherpas del himalaya
que amanezca y sea lirio
en tus sandalias mojadas de blanco rocío
como el sendero de tu boca sobre mi espalda
ansia que te quiero ansia
dominada
contagiada del oscuro espanto del olivo
sombra huraña de la arena
que retuerce entre sus dedos
la tibieza de las olas que se mueren de tu playa
que amanezca y caiga tinto
el dolor sincero de no querer que te vayas
anidar morena en tu refugio de uvas pardas
volviera el cuervo de su víctima a la rama
para seguir velando
el cadáver gris de mi silencio sin alma
la última caricia del sol
sobre la lisa piel del alba
el primer rayo de luna
atrapado entre tus labios
y mis besos de telaraña
© Javier Mérida